Las aseguradoras ya son nuevos actores necesarios en este escenario asegura el Instituto Nacional de Ciberseguridad. El 48% de las empresas ha sufrido algún tipo de ciberataque en los últimos 12 meses
La transformación digital y la era post pandemia están afectando a la cultura de la ciberseguridad empresarial. El auge del cibercrimen ha expuesto a casi todas las empresas a nuevas vulnerabilidades. Ataques ransomware, campañas de phishing y fugas de datos pueden generar graves desequilibrios financieros, provocar pérdidas millonarias o arruinar la reputación de una empresa.
Este nuevo escenario no ha pasado desapercibido para el sector asegurador quien ya ha puesto en marcha decenas de coberturas. Cubren contingencias y casuísticas de incidentes cibernéticos y calman a los ejecutivos de los consejos de administración. No evitan el riesgo pero ayudan a afrontar las pérdidas económicas derivadas de una mala práctica cibernética.
Cubren respuestas ante incidentes cibernéticos; delitos contra el honor en la red; estudios forenses de TI; costes de aplicación de los reglamentos de privacidad; costes por sanciones reglamentarias; restauración de datos informáticos; extorsiones cibernéticas, contratación de profesionales externos, protección de la identidad; ataques phishing, ransomware; brechas de datos..
Según una encuesta de Censuswide a 300 responsables de IT de empresas las principales razones para solicitar un ciberseguro son la reducción de riesgos (40%) las exigencias de los consejos de administración (33%), y los accidentes ransomware (25%).
“El sector asegurador es uno de los agentes sociales más implicados en la seguridad cibernética” (afirma el INCIBE), su papel es fundamental ya que cubre muchos de los daños que las empresas no siempre serían capaces de asumir.
Unespa es una prestigiosa asociación que representa al sector del seguro español. Su visión es clara: “el aseguramiento de los ciberriesgos es una cuestión clave ya que los ciberdelitos nos pueden afectar a todos”. Se trata de un reto técnico y operativo para los aseguradores.
En el momento de sufrir un ciberataque la empresa no debe recurrir a la improvisación. Las empresas deben estar preparadas y anticipar políticas de ciberriesgos asegura Unespa. A las coberturas que ofrece el sector hay que añadirle la velocidad de vértigo a la que avanza la digitalización que produce la continua aparición de nuevos riesgos.
La llegada de la pandemia y el incremento de los riesgos cibernéticos fueron factores clave en el cambio de mentalidad en 2020 cuando la demanda se duplicó asegura Benjamín Losada, Suscriptor especializado en ciber de Hiscox, una de las empresas líderes en este tipo de coberturas.
La ciberseguridad preocupa al 48% de las empresas españolas según el Informe de Ciberpreparación 2022 publicado por Hiscox. Según este mismo informe un 51% de las empresas españolas ha sufrido un ciberataque. Además, las empresas ya dedican un 24% de su presupuesto de TI para ciberprotegerse. En general hay cada vez más conciencia del riesgo que corren ya que un 64% de las empresas cuenta con algún tipo de ciberseguro específico frente al 58% de hace solo dos años.