El sistema capacita la lucha contra el delito, pero reabre el temor ante la idea de no poder pisar la calle sin ser vigilado.
El Gobierno español utilizará el programa ABIS (Sistema Automático de Identificación Biométrica). El software es capaz de identificar el rostro de una persona en la vía pública. Se utilizará de manera selectiva y solo para combatir delitos graves.
Cada ciudadano tiene unos rasgos faciales únicos. Los algoritmos disponen de sistemas para buscar un patrón que singulariza cada rostro. Se miden dimensiones, distancia entre ojos, nariz y orejas, tonalidad de la piel, rasgos tipo o morfología.
El programa busca patrones y aplica técnicas de triangulación en el rostro, analiza la profundidad de la cavidad ocular, arrugas o manchas. Al terminar el sistema ofrece una lista de candidatos que son revisados manualmente.
La tecnología se hace responsable de no invadir la privacidad del ciudadano. La ha desarrollado Thales, una empresa francesa dedicada a la tecnología militar y ya es capaz de cargarse con bases de datos de miles de detenidos.
El software utilizaría cámaras de seguridad en lugares públicos en los que simplemente buscaría coincidencias. Su atractivo es evidente para el seguimiento y detención de sospechosos, la localización de terroristas o la búsqueda de fugitivos peligrosos.
La Agencia Española de Protección de Datos deberá determinar si estos datos atentan o no contra la privacidad y establecer así un sistema seguro.
En un futuro podría ser aplicado en otros entornos como operaciones en cajeros automáticos o como medida de seguridad para pagar en comercios.
Plataformas como Facebook ya lo utilizan para buscar rostros entre millones de fotos, perfiles y fotos que los usuarios comparten en sus muros. Su eficacia es alta en la búsqueda de desaparecidos, desastres naturales u otras emergencias en las que el reconocimiento facial puede salvar vidas.
En Moscú ya se utilizó en el programa “Moscú segura”. Las cámaras de seguridad se dedicaron a localizar a ciudadanos chinos en la ciudad durante la pandemia. Además, se podían reconocer a rostros aún y cuando estos llevaban mascarillas e informar de su temperatura corporal.