Según la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO) los juguetes falsos son responsables de pérdidas del 12,3% en las ventas del sector en Europa
Llega la Navidad y con esta la fiebre compradora en la que los juguetes se erigen como los grandes protagonistas. La industria ya mueve 80.000 millones de euros en todo el mundo y se encuentra entre los 10 tipos de productos más falsificados.
Los juguetes son artículos muy golosos para los ciberdelincuentes. Estos artículos dan grandes márgenes de beneficio cuando se manejan en las fechas apropiadas. Los ciberdelincuentes aprovechan las épocas punta de Navidad y Reyes para poner a la venta miles de artículos falsos.
La red se ha convertido en un hervidero de anuncios fraudulentos, webs clonadas, apps, réplicas y juguetes de stock que intentan confundir al comprador.
Los malhechores utilizan apps de venta entre particulares para publicar anuncios donde se venden artículos falsos a un precio inferior al oficial. En otros casos pertenecen a falsos stocks y restos de fábrica.
Los “fake juguetes” no atienden a las normativas de seguridad en Europa y representan un peligro para el menor. Suponen un delito contra la propiedad industrial y pueden contener materiales no homologados como piezas punzantes y líquidos tóxicos.
Los juguetes fueron los segundos artículos más incautados (14% del total de incautaciones en Europa). Según el Sistema de Alerta Rápida para productos falsificados o inseguros (Sistema Rapex) 3 de cada 10 notificaciones fueron sobre este tipo de productos.
La asociación para la Defensa de la Marca (Andema) y la Organización de Consumidores y Usuarios, manifiestan sentirse muy preocupados por la existencia de juguetes falsos, especialmente a raíz de las últimas operaciones policiales.
La EUROPOL, el CNP y los servicios de Vigilancia Aduanera realizaron una operación conjunta (LUDUS III) mediante la que incautaron 170.000 artículos falsos en una operación contra la venta ilegal de juguetes en Madrid. Se ha detenido a un ciudadano de nacionalidad china con un volumen de material que supera 1.200.000 euros.
Tampoco falta el SPAM del juguete. Su función es captar nuestra atención al ofrecernos productos que hemos buscado previamente en Google. Estos virus capturan todo aquello que tecleamos; buscan la densidad de palabras clave y nos reenvían publicidad personalizada.