Telegram, WhatsApp y apps se afianzan como espacios logísticos donde para captar adeptos, divulgar mensajes e impulsar ciberataques
Son ciber terroristas y visten guante virtual. Utilizan sus propios videos y grupos en Telegram. Su misión es clara: captar adeptos y difundir mensajes en el escaparate más grande del mundo. Un escenario donde los algoritmos mandan y donde los estados pierden parte de su poder presencial.
Desde los atentados de París, Londres y Bruselas se han puesto de moda términos como “cibercalifato”, “ciberyihad” y “yihadismo electrónico”. Son la “guerra santa” trasladada a Internet. Está coordinada por centenares de grupos que operan desde el anonimato online. Mueven miles de seguidores y organizan acciones logísticas desde miles de kilómetros de distancia.
Estas células utilizan la red para promover la radicalización digital y endoctrinar a sus simpatizantes. Trabajan con tecnología de señales y mensajes clave publicados en redes sociales. Disponen de un alto grado de pericia ante el teclado y tienen equipos altamente formados. Los ciber terroristas tienen sus propias redes sociales desde las que llegan a miles de personas en todo el mundo.
Las autoridades han constatado que en la red ya es posible encontrar tutoriales para la confección de explosivos o descargar contenidos que incitan a la violencia. Desde los atentados de Barcelona se han detenido en España más de 1000 yihadistas ya que no olvidemos, en nuestro país aún se mantiene el nivel 4 (alto) de alerta antiterrorista.
Según Brookings en Twitter han existido al menos 46.000 perfiles que respaldan al EI. Estas plataformas banean a diario cualquier perfil pro violencia con la ayuda de miles de moderadores en todo el mundo.
En Girona la Guardia Civil ha detenido a un sujeto en avanzado estado de radicalización. Acudía a la red donde supuestamente obtenía manuales para formarse en el manejo de armas. Además, interactuaba con perfiles a favor del Daesh y visionaba la ejecución de ciudadanos occidentales.
El detenido por el asesinato del sacristán en Algeciras tampoco es una excepción. La Policía constató que el mismo día envió mensajes terroristas en Facebook. Mantenía posturas radicales e ilícitas tal y como supuestamente demuestra un pendrive y un disco duro incautados en un registro a su domicilio.
Los ejemplos de esta tendencia se afianzan en el caso de las cartas bomba enviadas al Presidente Sánchez y la Embajada de Ucrania en Madrid. Un hombre jubilado de 72 años envió hasta 6 paquetes con explosivos. La operación “Konvert” ha demostrado que había efectuado búsquedas comprometidas en la red. El rastreo de sus compras digitales fue determinante, en 2021 había comprado filamentos de cobre, cables con mecha y nitrato potásico en Amazon. Los sobres utilizados para enviar las bombas también fueron comprados en un sitio web donde adquirió 25 unidades.
En España existen numerosas unidades contra el terrorismo que tienen sus ojos puestos en la red. Analizan búsquedas y comportamientos en locutorios públicos. Trabajan codo a codo con grandes plataformas como Twitter o Facebook quienes gestionan grandes cantidades de información útil.
En España el CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado) ya retiró en febrero un total de 563 contenidos relacionados con el terrorismo yihadista. El Informe Anual de Seguridad ha identificado además un aumento de la propaganda yihadista en español.
