La Interpol revela que las mafias digitales ya actúan desde países como Kenia, Ghana o Marruecos
Durante los 2 últimos años 495 millones de africanos se han suscrito a servicios de telefonía móvil según GSMA, (asociación de telecomunicaciones). El continente entero ha empezado una imparable transición del 3G al 4G y una adopción masiva de los entornos digitales.
Pero esta expansión tiene un alto coste para los gobiernos africanos quienes se enfrentan al reto de frenar la creciente ciberdelincuencia e invertir grandes recursos en seguridad informática.
Durante décadas Nigeria y Sudáfrica fueron los países con mayor tradición ciberdelictiva. Sin embargo, ahora son los países subsaharianos y del Norte de África los que acaparan el interés de los delincuentes.
Existen grupos de ciberdelincuentes africanos altamente especializados en lanzar ciber ataques y estafas contra países europeos. El continente también es un escenario para los “facilitadores de ciberdelincuencia”, como Botnets que son máquinas que se utilizan para automatizar ciberataques a gran escala.
El factor que explica este auge es la falta de reglamentación en materia de delitos informáticos. La ciberseguridad aún no es una prioridad en África y existe una legislación laxa con escasas herramientas jurídicas. Este contexto atrae a ciber estafadores de todo el mundo quienes ven en este continente un “ciber paraíso” donde actuar sin freno y disponer de mayor libertad que en Europa.
“La ciberseguridad no es una prioridad en África”
Consciente de ello la Interpol ha abierto la AFJOC, (African Joint Operations Against Cibercrime) una oficina en África desde donde se investigan y desmantelan actividades cibernéticas. Además, se han firmado distintos acuerdos con funcionarios de 27 países africanos quienes han unido fuerzas para frenar la ciberdelincuencia en todo el territorio.
La iniciativa permite frenar en origen amenazas lanzadas hacia Europa: campañas de smishing, ataques phishing o el envío masivo de SPAM contra occidente.
La Interpol ha llevado a cabo un operativo con Afripol. Desde su delegación en Eritrea se ha desactivado una Darknet Market que vendía herramientas de piratería y componentes de ciberdelincuencia como servicio.
Se resolvieron múltiples casos de estafa de criptomonedas en Camerún, incluido uno con un impacto financiero estimado para la víctima de más de CFA 8 millones.
En Tanzania se recuperaron más de USD 150 000 del dinero de las víctimas de casos de infracción de datos y derechos de autor.
Se tomaron medidas contra más de 200 000 piezas de infraestructura cibernética maliciosa que facilitan el delito cibernético en toda la región de África. Esto incluyó el desmantelamiento y la limpieza de la infraestructura maliciosa vinculada a la actividad de botnets.