El Caas (crimen as a service) consiste en contratar servicios a ciberdelincuentes o comprar software con el que cometer delitos telemáticos
La IOCTA, división de la INTERPOL dedicada a la evaluación de las ciber amenazas ha afirmado que existe una creciente comercialización de la ciberdelincuencia bajo demanda. Se trata de una práctica en auge, totalmente ilegal que reúne a hackers y mercenarios digitales dispuestos a ofrecer sus servicios a empresas con problemas.
El perfil del cliente medio es el de un ejecutivo sin escrúpulos quien vive en un entorno altamente competitivo y quiere adueñarse de información sobre sus competidores. Con el Caas se contrata a ciberdelincuentes para que realicen actividades tales como el ciber espionaje empresarial; el acceso ilícito a cuentas de e-mail; el intrusismo informático o la apropiación de documentos, prácticas todas ellas ilícitas y castigadas por el Código Penal.
Otras prácticas CaaS incluyen a grupos de hackers que venden bases de datos con millones de credenciales y que ponen a disposición del sector privado con fines comerciales.
Las empresas también pueden comprar software ilícito o contactar con organizaciones criminales a través de la Darkweb. Pagan en criptomonedas para evitar la trazabilidad bancaria y usan IP’s desde sitios remotos.
Una de las practicas más demandadas es el Raas (ransomware como servicio) mediante la cual se cifran y secuestran documentos para así poder solicitar un rescate económico. Según la empresa Group-IB un 64% de los ataques ransomware habrían sido ejecutados bajo demanda.
Las autoridades ya manejan toda una nueva terminología para referirse a sus variantes: el AaaS (ataques informáticos bajo demanda); el HaaS (Haqueo de cuentas); el MLaas (lavado de dinero); el MaaS (Malware) y el Daas (robo de datos) todas ellas entendidas como un servicio encargado por empresas que pagan por conseguir sus objetivos.
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