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2 años agoon
Telegram ya es una de las apps de mensajería más utilizadas. Con 700 millones de usuarios se utiliza para enviar mensajes, compartir imágenes o hacer videollamadas. Uno de sus atractivos es que no exige operar con el número de teléfono como si ocurre en WhatsApp. Puede auto borrar sus mensajes y ofrece mayor privacidad aportando una sensación de anonimato.
Pero esta plataforma también es “caldo de cultivo” de prácticas sexuales. Existen decenas de canales de “desnudos” donde los usuarios comparten sus propias fotos. La “extimidad” , “el postureo” y “el sexting” se han convertido en prácticas habituales. Este intercambio de material explícito en la red es muy común. A menudo los jóvenes no son conscientes del peligro que estas prácticas entrañan.
Los delincuentes se infiltran en la app mediante fake profiles. Mantienen conversaciones subidas de tono sexual y desarrollan estrategias de confianza a medio plazo. Hacen creer a su víctima que quieren una relación sana y la convencen para que envíe imágenes de desnudos. El estafador extorsionará a su víctima bajo la amenaza de publicar sus fotos sino accede a un pago.
Algunos delincuentes se han especializado en la “extorsión inversa”. Se trata de menores que entablan conversaciones con adultos. Intercambian imágenes sexuales explícitas. Finalmente les extorsionan bajo la amenaza de comunicar a la Policía su supuesta culpa por el intercambio de material pornográfico con un menor de edad.
En los casos más extremos encontramos el grooming. Mediante este delito un usuario utiliza una identidad falsa para realizar un acercamiento sexual a un joven o menor. En muchos casos se trata de personas con una considerable diferencia de edad.
Telegram trabaja con equipos de moderadores 24 horas al día. Se dedican a detectar y banear malas prácticas, pero no es suficiente. Los ciberdelincuentes tienen distintas formas de llegar a sus víctimas. Buscan a personas casadas y con familia. Realizan acercamientos sexuales para obtener fotos de sus desnudos. Les extorsionan bajo la amenaza de enviar las pruebas a sus cónyuges y sufrir así un potencial divorcio.
Este tipo de delitos no son nuevos, afirma el Observatorio Español de Internet. En el 2020 descubrieron un boot deepfake en Telegram. Se dedicaba a crear “falsos desnudos”. El rostro de miles de mujeres era subido por terceros a la red. Mediante un algoritmo la app integraba un rostro en un cuerpo con estética pornográfica. Se estima que se generaron unas 100.000 fotos.
Otra modalidad de extorsión de nudes en Telegram es el “suggar daddie”. Se trata de un usuario de mayor edad y estatus que la víctima. Asegura ser un amante adinerado que promete hacer una transferencia mensual a cambio de conversación y compañía. Terminará indicando que le debe enviar una pequeña cantidad por gastos de envío y gestión que por supuesto se quedará.
– Decálogo de consejos
– Ser prudente con prácticas como el sexting, el cibersexo o el coqueteo en red.
– Evitar el envío fácil o inmediato de imágenes comprometidas.
– No envíe imágenes sexuales sin conocer suficientemente al interlocutor.
– Solicite algún dato adicional de contacto (e-mail, teléfono móvil, WhatsApp).
– Toma pruebas y capturas de pantalla (tanto de las conversaciones iniciales como aquellas en las que le intentan extorsionar).
– Jamás realice un pago ya que el extorsionador siempre volverá a pedirle dinero.
– Presente una denuncia ante la comisaría de policía más cercana.
– No ceda ante chantajes o amenazas.
– No haga clic en enlaces enviados ni archivos adjuntos.